viernes, 3 de junio de 2011

Unidad Didáctica II: La evolución de Europa en el siglo XIX (Un buen clima para la Química)

Es en el siglo XIX cuando las ciencias ocupan un lugar predominante en las culturas de la Europa occidental. Los científicos ya no son unos aficionados, sino profesores e investigadores que se especializan, publican sus trabajos y cotejan sus métodos de razonamiento y de experiencias. Importantes descubrimientos matemáticos constituyen el origen de un desarrollo general en las otras disciplinas científicas. El alemán Gauss, profesor en la Universidad de Gotinga, establece las bases del cálculo de probabilidades. En Francia, Lagrange hace progresar el estudio de la mecánica, Monge crea la geometría descriptiva, Laplace demuestra la estabilidad del sistema solar, Arago lleva a cabo la medición del meridiano terrestre. Sus sucesores, Cauchy y Galois (que murió en un duelo, a los 21 años), son los promotores de la nueva álgebra y de la matemática pura.
Noruega tiene a su gran matemático en Abel. Estos descubrimientos son directamente aplicados a la astronomía. Arago llega a medir el diámetro de los planetas. Verrier, sobre la base de ciertos cálculos, establece la existencia de un nuevo planeta, Neptuno, que un astrónomo de ín, Gall, descubre unos años después, con ayuda del telescopio. Descubrimientos esenciales revolucionan la física: rechazando todas las afirmaciones precedentes, el óptico Fresnel demuestra que los fenómenos luminosos son debidos a la propagación de ondas vibratorias. Al lado del viejo Berthollet, Biot y Argeo realizan las primeras mediciones precisas relativas a la densidad del aire. El mismo año, Gay-Lussac descubre la ley de dilatación de los gases y estudia la composición de la atmósfera. En cuanto a Sadi Carnot, define en un largo estudio las primeras leyes de la termodinámica. Los progresos más ricos en consecuencias se llevan a cabo en el campo de la electricidad.
En 1800, los italianos Galvani y Volta construyen El la primera pila. danés Oersted descubre la acción de la corriente eléctrica sobre una aguja imantada, y el francés Ampére define las leyes del electromagnetismo. El inglés Faraday y el americano Henry establecen la noción de inducción, y el alemán Ohm expone su teoría matemática de lacorriente eléctrica. Estos descubrimientos permiten el empleo del telégrafo eléctrico (preparado por Steinheil y por Morse), que funciona en Francia y en Inglaterra hacia los años cuarenta del siglo. Los progresos de la química tienen el mismo carácter internacional: gracias al inglés Davy y al sueco Berzelius, se utiliza la pila eléctrica para el análisis de los cuerpos. La electrólisis permite también aislar nuevos cuerpos simples: el potasio, el sodio, el magnesio y el cromo, aislados por el francés Vauquelin, y el yodo y el aluminio, por el alemán Woehler.
La química orgánica hace importantes progresos, gracias al francés Chevreul, autor de un estudio sobre los cuerpos grasos naturales, y al alemán Liebig, que crea un centro de estudios sobre los ácidos orgánicos, la fermentación y la descomposición de las materias, y hace trabajos sobre la aplicación de la química a la agricultura. Por último, el inglés Dalton y el italiano Avogadro determinan las primeras teorías sobre el átomo. Dos aficionados, el oficial Niepce y el pintor Daguerre, estudian la fijación de las imágenes luminosas obtenidas en cámara oscura. En 1839, el inglés Talbot realiza las primeras fotografías sobre papel. Seis años después, Niepce de Saint-Victor inventa la fotografía sobre vidrio.
Los biólogos se dedican al estudio de la célula, elemento fundamental de los tejidos, descubierta en 1830. Bichat y Laennec modernizan los métodos de la medicina, y el descubrimiento de los anestésicos permite a la cirugía dar un gran paso adelante. Gracias a un estudio detallado de las rocas, los geólogos reconstruyen las principales etapas de la evolución de la corteza terrestre. Cuvier, partiendo de la observación de los fósiles, asienta las bases de la paleontología, ayudado por sus discípulos, Dufrenoy y Elie de Beau-mont. Estos últimos se convencen de la invariabilidad de las especies después de su creación. Los descubrimientos de Boucher de Perthes sobre el hombre prehistórico someten a nueva discusión sus concepciones sobre el origen del mundo. Lamarck y Geoffroy Saint Hilaire, frente a Cuvier, se convierten en los campeones del transformismo, es decir, de la evolución de las especies bajo el efecto de los cambios de ambiente y de la herencia. Esta teoría es inconciliable con la enseñanza de la Iglesia, y abre una larga controversia entre ciencia y religión.
La investigación científica no olvida tampoco la historia. Se atiende, sobre todo, a las civilizaciones del pasado. Champollion descubre el significado de los jeroglíficos egipcios, fundando así la egiptología. Se emprenden excavaciones arqueológicas en Mesopotamia y en Grecia, donde se crea la escuela de Atenas. Con la escuela de Chartres, los investigadores franceses se entregan a un estudio sistemático del pasado en su país, mientras los sabios italianos multiplican las excavaciones para sacar a la luz los innumerables vestigios de la civilización romana. Las ciencias han abandonado definitivamente el campo del empirismo y alcanzan una extensión que, hacia finales del siglo, provocará una nueva revolución industrial de prodigiosa aceleración. 
Fuente:http://www.mienciclo.es/ebooks/index.php/La_evoluci%C3%B3n_de_Europa_en_el_siglo_XIX

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